“Nuestro objetivo es que el paso de categorías menores a adultas sea lo más natural posible, sin perder la esencia formativa, y por supuesto sin perder el sello de nuestro club”

 

Gracias a su largo historial de afiliación al club de Puente Alto, el actual director del plantel explica los valores e importancia histórica del equipo dentro de la comunidad. Mientras que la entrenadora del plantel femenino en la LDD y Femicentro da un punto de vista más deportivo, visualizando los objetivos actuales y a futuro de la rama femenina 

Con una larga historia dentro de la formación juvenil, el Club Luis Matte Larraín se ha convertido en uno de los principales equipos de básquetbol dentro de la capital. Por su parte, las ramas femeninas del equipo puentealtino han logrado tener una fuerte presencia dentro de la competición femenina nacional, llegando a participar actualmente en la división Silver de Femicentro, en la Zona Poniente de la Liga el Desarrollo, y en la Liga Nacional Femenina Segunda División (LNF2).

Frente a este panorama Rodrigo Flores, director del club de puentealtino, empieza contando sus inicios dentro del plantel, relatando su relación de más de 20 años  representando al equipo. “Llevo aproximadamente 27 años vinculado al Club Deportivo Luis Matte Larraín, durante este tiempo he pasado por diferentes etapas, representando la camiseta como jugador y después como dirigente, y actualmente desempeño el cargo de Director desde hace 3 años”, explica Flores.

Sumado a esto, el dirigente también cuenta los inicios de la rama femenina, con una historia efímera de hace 5 años. Aun así, el equipo femenino ha logrado consolidarse en el poco tiempo que lleva compitiendo, participando actualmente en algunas de las competiciones femeninas más importantes dentro del básquetbol chileno, tales como la Femicentro, la LDD y la LNF2.

“Las familias han recibido con entusiasmo nuestro trabajo, valorando que formamos jóvenes responsables y respetuosos. Un aspecto que nos distingue es que no hacemos distinción socioeconómica o educacional: el club está abierto para todos. Además, integramos a deportistas con discapacidad, fomentando la inclusión y la igualdad de oportunidades”, explica el director. Además de esto, Flores también expone el crecimiento que ha tenido el club con el pasar de los años, comenzando en sus inicios con 20 jugadores, hasta llegar a más de 200 personas activas, las cuales se encuentran repartidas en las ramas masculinas y femeninas.

Por otra parte, Tania Muñoz Álvarez, actual entrenadora del plantel U23 de la Liga del Desarrollo, otorga una vista más deportiva de la rama femenina del club, iniciando con el sistema de entrenamiento que maneja junto a las jugadoras. “El sistema que estamos aplicando combina preparación física específica (dándole harta importancia a este punto, ya que es la base de todo deporte), fundamentos técnicos y tácticos, además de la construcción de una identidad de juego colectivo clara. La mayor virtud del plantel es el compromiso, la inteligencia de cada jugadora, y la intensidad con la que entrenan, como he dicho anteriormente es un grupo nuevo, pero que se ha ido construyendo de manera muy integral en lo que llevamos del año”, relata Álvarez. Sumado a esto menciona las decisiones bajo presión y la consistencia en la ejecución de los planes de juego como dos aspectos que deben reforzar.

“El mayor reto ha sido acompañar los cambios propios de la edad, desde lo físico hasta lo emocional, este último siendo un gran desafío en los últimos años, para que se adapten al ritmo competitivo y mantengan la motivación. Nuestro objetivo es que el paso de categorías menores a adultas sea lo más natural posible, sin perder la esencia formativa, y por supuesto sin perder el sello de nuestro club”, continúa la entrenadora.

Pasando a las exigencias dentro de las distintas divisiones femeninas, Álvarez explica los distintos focos que buscan fortalecer en cada categoría, enseñando y reforzando los fundamentos básicos y principales en los equipos femeninos más jóvenes. Mientras que en la U23 se busca reforzar aspectos más competitivos, que le permitan a las jugadoras competir de la forma más óptima.

El respeto, la disciplina, el trabajo en equipo, la resiliencia y el respeto son los principales valores que se buscan instruir desde una temprana edad dentro del plantel, sumado también a distintos aspectos que le permitan a las jugadoras desarrollarse tanto dentro como fuera de la cancha. “El básquetbol es una escuela de vida, y quiero que cada jugadora se lleve herramientas que le sirvan no solo en la cancha, sino también en su desarrollo personal y profesional, porque no podemos olvidar que antes que jugadoras son personas”, cierra la entrenadora.

Por último, Álvarez explica los objetivos actuales del club, junto también las aspiraciones de las jugadoras. “Nuestro objetivo es consolidar al equipo en la liga, competir de manera seria y que cada jugadora siga creciendo individual y colectivamente. A futuro, aspiramos a que el club sea un referente en el desarrollo de jugadoras, formando talentos que puedan proyectarse a nivel nacional y, por qué no, internacional.

Por su parte, el director Rodrigo Flores también expresa el deseo de formar a jugadoras de forma más profesional. “Queremos que, en competencias como la LDD y la LNF2 nuestras jugadoras logren desarrollarse como profesionales en lo académico, laboral y personal, teniendo al básquetbol como un complemento esencial en su formación integral.